Miles de estudiantes nos hemos manifestado a favor de la educación y en contra de políticas que cada vez distan más de ser políticas sociales. Desde hace un par de años hacia aquí, el país no ha hecho más que decaer tanto en educación e investigación, como en sanidad y ayudas sociales.
Es evidente que un país debe invertir en educación e investigación, ya que ambas son las que impulsan o deben impulsar el futuro de la nación. Aquí se está potenciando la privatización de la educación y de muchos de los derechos por los que, durante años, lucharon nuestros padres y abuelos. No podemos permitir que la educación quede reducida al alcance de unos pocos privilegiados, ya que así lo único que se consigue es crear a un pueblo sumiso, que agache la cabeza frente a las reformas que perjudican su bienestar y que no luche por sus derechos.
El conocimiento es poder y nos permite tener libertad de pensamiento. Conocer las diversas realidades hace posible crear un pensamiento crítico y discernir entre aquello que nos es favorable y con lo que estamos de acuerdo. Por lo tanto, el estar continuamente cambiando de leyes educativas crea malestar entre los docentes y desconcierto entre los alumnos, que deben adaptarse a los cambios pertinentes.
Por eso se realizaba la manifestación, la educación es un derecho fundamental al que debemos acceder todos y no se debe privatizar, la decisión debería depender de la población de estudiantes y docentes, no de un ministro que parece no conocer la situación actual, el paro que abunda entre los jóvenes y toda la población.
Cuantos más seamos más fuerza tendremos, las manifestaciones se producen para que el gobierno vea que estamos descontentos con las políticas que promueven, que no somos marionetas que pueden manejar como ellos quieran, tenemos voz y no queremos que las cosas se sigan manejando de esa forma. Espero que las manifestaciones sirvan para dejar claro que no queremos más cambios y que dejen de recortar y nos ayuden a salir adelante, en vez de ponernos cada vez más trabas.